A quien se le ocurre?


A quien se le ocurre entregarlo todo a cambio de nada?

A quien se le ocurre dejar de lado los propios deseos, para que se puedan cumplir los de otros?

A quien se le ocurre amar con locura a alguien que ni siquiera conoce?

A quien puedes entregarle tu confianza a ciegas?

Quien aprende de la nada a sanar el alma con palabras?

A curar el cuerpo con un beso?

A detectar mentiras con una mirada?

A perdonar en un instante las faltas mas grandes?

A no doblarse en la tormenta para poder servir de apoyo a otros?

A quien en su sano juicio se le puede antojar ser incondicional?

Quien te deja dicho que te ama en medio de una pelea?

Quien esta en lo cierto aun cuando se equivoca?

Quien acepta un trabajo que viene sin paga, ni días libres, ni garantía de retiro?

Quien convierte cualquier lugar con su presencia en un hogar?

Quien cita a diestra y siniestra las obras del Teatro Arlequín, “Para ser bello hay que serlo por dentro y por fuera” sin darse cuenta que es el vivo ejemplo de esto?

Quien dice que el mejor regalo es un buen comportamiento?

Pues les cuento que esta personita.

 1985


Ella es quien.

1989

Mami.

Enero, 2011


Una cumpleañera huidiza, que espanto a la primavera y trajo el verano.


Villa Trina

el misterio del valle, la pomposidad de las nubes, la sabiduría mágica de la luz... 
...dice Gio (y yo le creo) que desde aquí de se ve el mundo entero.

Valle de la Vega Real, 
vista desde Villa Trina. 2011


la ultima pagina.

Autorretrato. 2010

Lo puedo sentir venir. De repente el grupo de hojas a la izquierda se hace mas y mas y el de la derecha poquito a poco deja de ser un grupo para convertirse en una solita.

Se me amontonan los sentimientos cada vez que termino un libro. Quiero saber el desenlace, pero a la vez no quiero desprenderme de nada, ni del lugar, ni de la voz rara, siempre diferente, que asalta mi cabeza y comienza a narrar cada vez que creo leer (en realidad he aceptado el hecho de lo que ocurre es que yo pretendo leer mientras un fantasmita me cuenta locuras), ni del placer de transformarme en cada personaje por mas disímiles que sean, me encanta sentir que se siente ser todas las cosas que no soy, ni del olor del libro, ni de su  peso (al que me acostumbro al final), ni de esos momentos cuando el libro ya no es importante y mi mente viaja junto al escritor, donde estaba, que bebía, que tenia puesto cuando escribió este párrafo y como este logro sobrevivir a las ediciones, no me gusta saber que se me acaba la vida prestada y me da miedo pensar que quizás adivine el final… y lo que hago es comenzar a leer lento, tan lento que todo pierde sentido, un sentido que solo recupero al hundir mi cara en el libro e inhalar despacio con los ojos cerrados, luego vuelvo y releo y vuelvo y me pierdo y respiro y releo y respiro de mi libro y releo y olfateo, leo, inhalo, releo… hasta que llego al punto final sin querer.

Y me queda un vacío porque siempre quiero mas, quiero saber que pasa después, así que me quedo ahí tratando de solucionar el problema, de encontrar el después, oliendo mi libro y pensando en el mas allá del punto final y nunca puedo, todas las posibilidades me parecen buenas y a la vez malas porque se que el después es impredecible y quién soy yo para predecirlo?

Pero el vacío pasa cuando me acuerdo que yo tengo mi vida y que debo desprenderme del libro para saber que pasara en mi después, que en vez de estar pensando en las posibilidades que tienen los otros debo de trabajar en mi indecisión y elegir un camino para mi.

Y así queda el libro sobre la mesita de noche por un tiempo, porque no me gustan las despedidas y al pasito me resulta mejor, hasta que por fin encuentra su camino al librero y yo me pierdo en otro grupo de paginas que siempre tiene otra pagina final.